El Autismo no es una enfermedad que sea susceptible de poder tener una cura. Es una condición del neurodesarrollo, reconocido como Trastorno por las categorías diagnósticas internacionales, y que implica una discapacidad que acompaña a la persona a lo largo de toda la vida.
Diferentes estudios han confirmado que no existe relación ninguna entre Autismo y Vacunas. Los primeros estudios que plantearon esa posibilidad han sido demostrados falsos.
Los TEA son una condición genética, con la que se nace, aunque se manifieste y sea evidente a partir del primer año de vida. Está ya suficientemente demostrado que no se desarrolla fruto de un entorno social pobre en los primeros años.
El Autismo no tiene cura y, por tanto, hay que desconfiar de cualquier propuesta que prometa su curación. A lo largo de los años se ha avanzado enormemente en mejorar la calidad de vida y la participación de las personas con TEA, pero las características propias del Autismo, a pesar de que pueden minimizar el impacto en la vida de la persona, le acompañan durante toda la vida de una u otra forma.
Las personas con TEA disfrutan de las relaciones sociales cuando estas se adaptan al ritmo, intensidad y anticipación que ellos necesitan. En muchas ocasiones, las situaciones sociales en algunos entornos pueden ser abrumadores, y las personas no son capaces de entender las claves sociales y pueden sentirse desbordadas, lo que les hace buscar o preferir entornos e interacciones más sencillas y predecibles.
Las personas con TEA sienten y tienen las mismas emociones que el resto de personas sin TEA, pero pueden mostrar limitaciones para expresarlas o para poder compartirlas socialmente.
Las personas con TEA pueden tener menor iniciativa para comunicarse o desconocen las reglas sociales para poder hacerlo, además de que algunas de ellas pueden tener limitaciones de acceso al lenguaje. Sin embargo, en la medida en que tienen apoyos, sistemas aumentativos de comunicación y personas receptivas a comunicarse y que se adaptan a su estilo de interacción, las personas con Autismo se comunican de forma efectiva y disfrutan.
A pesar de que los intereses absorbentes hacen que las personas con TEA tengan ámbitos de interés que dominan, solo un porcentaje pequeño muestran habilidades excepcionales para algunas cuestiones como la música, el cálculo, etc…
Las personas con TEA pueden mostrar altos niveles de ansiedad provocados por las dificultades de adaptación que muestran en entornos sociales complejos o caóticos, problemas de salud no identificados o entornos sensoriales abrumadores. También pueden ser formas de expresar su frustración ante la falta de herramientas comunicativas para expresarlas de una forma más adecuada. En la medida en que los entornos están adaptados y su ansiedad se reduce sus respuestas son totalmente adaptadas al contexto.
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