Aunque los TEA aparezcan probablemente desde el nacimiento, no existen pruebas médicas ni biológicas para su detección y solo puede identificarse a través del comportamiento. A pesar de que la investigación actual está haciendo grandes avances en identificar marcadores fiables antes de los 12 meses, todavía no es fiable detectarlo antes de los 18-24 meses. Alguno de las señales de alarma que pueden identificarse en esta edad podrían ser:
Si el niño o niña no mostrase algunos de las siguientes conductas, debería ser derivado a un servicio de evaluación y diagnóstico:
Las sospechas y preocupaciones deben ser confirmadas por un profesional educativo o sanitario (en Andalucía, principalmente el Pediatra de Atención Primaria) que pueda apoyar las primeras preocupaciones con el apoyo de test de cribado o detección y derivar a un Servicio de Diagnóstico especializado.
Aunque normalmente los TEA se pueden y deben identificar en la primera infancia, son muchas las personas que pasan y han pasado desapercibidas a lo largo de su vida, bien porque han tenido otros diagnóstico o bien
En este caso debes dirigirte también a un Servicio de Salud Mental, que pueda estar especializado en el diagnóstico de TEA. Para poder hacer un diagnóstico va a ser muy recomendable que una persona que te haya conocido durante la infancia te pueda acompañar, ya que al ser una condición que se presenta desde la infancia es importante confirmar que muchas de las dificultades que has valorado aparecen desde entonces.
Probablemente hayas podido identificar haber tenido alguna dificultad en relación a:
El diagnóstico es un proceso que puede ayudar a conocerte mejor, a explicar algunas cosas de las que han pasado a lo largo de tu vida, y sobre todo a poder encontrar recursos especializados para que te puedan apoyar y ayudar en caso de que sientas que lo necesitas.
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