2.1. ¿Cómo detectarlo?

Aunque los TEA aparezcan probablemente desde el nacimiento, no existen pruebas médicas ni biológicas para su detección y solo puede identificarse a través del comportamiento. A pesar de que la investigación actual está haciendo grandes avances en identificar marcadores fiables antes de los 12 meses, todavía no es fiable detectarlo antes de los 18-24 meses. Alguno de las señales de alarma que pueden identificarse en esta edad podrían ser:

  • Comunicación: responder al nombre cuando es llamado, comprensión del lenguaje, ausencia de respuesta a la comunicación no verbal, limitación en el uso del contacto ocular y ausencia del uso de gestos como señalar.
  • Social: limitación en el interés por los otros y respuestas limitadas a otras personas, ausencia de imitación, alteración en la interacción social, falta de interés por compartir sus intereses y alegría, limitación en el desarrollo del juego simbólico, así como en la expresión y comprensión de emociones.
  • Intereses repetitivos y estereotipados: respuesta inusual a la estimulación sensorial, movimientos motores extraños y repetitivos, juego repetitivo y resistencia al cambio.

Si el niño o niña no mostrase algunos de las siguientes conductas, debería ser derivado a un servicio de evaluación y diagnóstico:

  • A los 12 meses de desarrollo, no balbucear, utilizar gestos como señalar o responder a su nombre
  • A los 18 meses, no emitir ninguna palabra.
  • A los 24 meses, no emitir frases de dos palabras espontáneamente.
  • Cualquier pérdida de lenguaje o habilidades sociales a cualquier edad.

Las sospechas y preocupaciones deben ser confirmadas por un profesional educativo o sanitario (en Andalucía, principalmente el Pediatra de Atención Primaria) que pueda apoyar las primeras preocupaciones con el apoyo de test de cribado o detección y derivar a un Servicio de Diagnóstico especializado.

2.2. ¿Y si eres un adolescente o una persona adulta?

Aunque normalmente los TEA se pueden y deben identificar en la primera infancia, son muchas las personas que pasan y han pasado desapercibidas a lo largo de su vida, bien porque han tenido otros diagnóstico o bien

En este caso debes dirigirte también a un Servicio de Salud Mental, que pueda estar especializado en el diagnóstico de TEA. Para poder hacer un diagnóstico va a ser muy recomendable que una persona que te haya conocido durante la infancia te pueda acompañar, ya que al ser una condición que se presenta desde la infancia es importante confirmar que muchas de las dificultades que has valorado aparecen desde entonces.

Probablemente hayas podido identificar haber tenido alguna dificultad en relación a:

  • Comprender e interpretar las emociones, intenciones o expresiones faciales de los demás.
  • Entender algunas normas sociales.
  • Tener limitaciones para participar en conversaciones y situaciones sociales.
  • No llegar a comprender adecuadamente bromas o comentarios sarcásticos.
  • Sentir que puedes ser algo inflexible con algunas de las normas o rutinas.
  • Angustiarte con algunos cambios de rutinas.
  • Estar muy absorbido por algunos temas de interés.
  • Sentirte abrumado por determinados estímulos sensoriales (ruidos, luces, sabores…)

El diagnóstico es un proceso que puede ayudar a conocerte mejor, a explicar algunas cosas de las que han pasado a lo largo de tu vida, y sobre todo a poder encontrar recursos especializados para que te puedan apoyar y ayudar en caso de que sientas que lo necesitas.